03 Mar Crisis de Autenticidad

¿Sabes que tu vida cambia cada 7 años y que seguramente pases por una crisis de autenticidad?

¿No te parece impresionante? Es la teoría de los septenios del filósofo Rudolf Steiner.

¡A mi me fascinó! y rápidamente me puse a investigar con ojos de curiosa y me dio la clave de taaaantas cosas.

Esta visión se caracteriza por dividir nuestra existencia en periodos de siete años.

Dicha materia a parte de constituir un puente para comprender la biografía humana también nos explica los cambios que ocurren en cada una de las etapas.  

Así cada ciclo es variable, y tiene sus propias características. 

Te resumo un poquito entonces de que va cada una de ellas:

La primera, de los 0 a los 7 años: se centra fundamentalmente en dos procesos: el desarrollo psicomotor y las enfermedades durante el crecimiento. Así como la individualidad, las habilidades perceptivas, la protección o el nivel anímico.

De los 7-14: se adquieren nuevos hábitos y se comienza a forjar el temperamento, cuyos rasgos determinan la forma de vincularse con el mundo. 

Durante el tercer septenio de los 14 a los 21 años, afloran las diferencias entre géneros y los elementos socioculturales empiezan a influir en las relaciones, los gustos y la personalidad del individuo.

Así durante el cuarto septenio de los 21- 28 entramos en la etapa de la experimentación, el primer encuentro con el mundo real, marcado por la búsqueda de una validación continua.

Este deja paso al denominado septenio organizacional (28-35). El momento en el que nos vemos “obligadas” a hacer aquello para lo que estamos predestinados. 

Y así es como en un momento dado, entramos a nuestro sexto septenio de los 35 a los 42 donde surge el impulso de darnos al mundo a través de nuestra vocación o a través de nuestro rol familiar. 

Y aquí es a donde quería detenerme y preguntárte ¿sabes que ocurrirá también en este periodo?

Pues que se convertirá en esa etapa de la vida en que la gran mayoría de las mujeres entramos en una CRISIS DE AUTENTICIDAD en donde nos preguntamos:

¿Estoy en el camino adecuado? ¿Encontré mi Misión? ¿Qué quiero hacer con mi vida de ahora en adelante?

Y no sé si ahora que te lo he dicho eres capaz de recordar tus 35, pero a mi una semana antes de mi cumple y estrenar este septenio, ¡la vida me tenia una preparada y de las gordas!

Por aquel entonces yo ya había tomado la decisión de dejar mi trabajo y lanzarme a emprender. Todo pintaba maravillosamente bien, había encontrado mi propósito y solo había que darle forma, así que tremendamente ilusionada, cada mañana me levantaba feliz, sabiendo que estaba en el camino ese que hablaban de la realización personal.

Pero como te decía las cosas no siempre salen como una espera e ignorante de mi no sabia todo lo que estaba por venir. Y así es como una llamada, un frío 7 de febrero ¡lo cambió todo! 

Y de repente, en un abrir y cerrar de ojos lo había perdido todo. Confieso que había mañanas que no quería ni levantarme de la cama, pase meses sobreviviendo.

Hasta que un día, sacando fuerzas de donde no las encontraba, me vino a la cabeza ese mantra que hacía único a mi padre:

Cariño la vida es muy corta, intenta siempre ser feliz y hacer feliz a los demás.

Y esa frase quedo tatuada en mi cabeza para volver a retomar aquella ilusión que había ocupado tanto mi corazón y que de repente se había esfumado.

Así es que esto fue lo que me volvió a devolver esa chispa y lo que me impulso para seguir adelante y volver a conectar con mi propósito real.

Ese de iluminar el camino de mujeres que llegadas a esta crisis de autenticidad, mas aquellos aditivos que nos pone la vida, no encuentran su felicidad ni ven claridad en el camino.

Por eso hoy casi 4 años después de esa fatídica llamada, sigo transitando este camino diario lleno de flores y espinas que se abre ante mis ojos y me permite vivir con autenticidad.

Porque un día comprendí que si me marchase mañana, al menos me habré ido en el camino escogido.  

Y tú, ¿estás en el camino que quieres?